Que Es El Espíritu Humano?
Gregorio
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El espíritu humano es un componente filosófico, psicológico, artístico, y de conocimiento humano – la parte espiritual o mental de la humanidad. Mientras que el término puede ser usado con el mismo significado de ‘alma humana’, el espíritu humano a veces es usado para referirse al impersonal, universal o mayor componente de la naturaleza humana en contraste al alma o psique, que puede referirse al ego o un elemento menor.
El espíritu humano incluye nuestro intelecto, emociones, miedos, pasiones, y creatividad En los modelos de Daniel A. Helminiak y Bernard Lonergan, el espíritu humano es considerado la función mental de la conciencia, retrospectiva, entendimiento, juicio y otras fuerzas del razonamiento. El espíritu humano se distingue por el componente separado del psique que compromete partes de las emociones, imágenes, memorias y tipos de personalidad,
John Teske ve el espíritu humano como una construcción social representando las cualidades del propósito y el significado los cuales trascienden al individuo humano.
¿Qué define el espíritu en el ser humano?
El espíritu es definido como el alma racional donde reside el pensamiento, la espiritualidad y la comunión. Espíritu proviene del latín spiritus, que significa ‘respiro’ y todo lo relacionado con el elemento aire. Se traduce al griego como pneûma, que se relaciona con ‘aliento’, ‘respiración’ y ‘ espíritu ‘.
¿Dónde se encuentra el espíritu del ser humano?
Toda persona es un hijo o una hija espiritual del Padre Celestial y existió como espíritu antes de nacer en la tierra. Durante la vida terrenal, el espíritu mora en el cuerpo físico, el cual nació de padres terrenales.
¿Qué es el espíritu y para qué sirve?
Del latín spirĭtus, espíritu es el alma racional, el don sobrenatural que Dios concede a algunas criaturas o la virtud que la alienta el cuerpo para actuar.
¿Qué dice la Biblia sobre el espíritu?
5. Gálatas 5:22–23: Cuando tenemos el Espíritu Santo, sentimos amor, gozo, paz – El Espíritu Santo se denomina a menudo Santo Espíritu o el Espíritu del Señor. Gálatas 5:22–23 enseña que ‘el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre templanza’.
¿Que hay en el espíritu?
Nuestra cooperación con la saturación de Dios – ¿Cómo podemos cooperar con la intención de Dios de saturar todo nuestro ser consigo mismo? Ejercitar nuestro espíritu es la clave. Nuestro espíritu no sólo tiene la capacidad de contactar y tener comunión con Dios, sino que también es el lugar donde Él vive en nosotros.
Podemos volvernos a Él en nuestro espíritu para vivir por Su vida. Por medio de nuestro espíritu también podemos recibir más de Cristo cada día. Desde esta ‘base’ de Su operación en nosotros, Él puede entonces extenderse a nuestra alma. Cuanto más recibamos a Cristo ejercitando, o usando, nuestro espíritu, más Dios tendrá una manera de extenderse a nuestra alma.
Podemos ejercitar nuestro espíritu diariamente invocando el nombre del Señor, leyendo e incluso orando con la Palabra de Dios para ser alimentados espiritualmente, y obedecerlo. Cuanto más ejercitamos nuestro espíritu, más permitimos que el Dios de paz continúe extendiéndose en nosotros y saturándonos.
Entonces podremos expresar a Dios a todos los que nos rodean. El Nuevo Testamento Versión Recobro tiene un número de otras notas iluminadoras sobre 1 Tesalonicenses 5:23, incluyendo una importante sobre cómo Dios guarda perfectos nuestro espíritu, alma y cuerpo. Si usted vive en los Estados Unidos, puede pedir una copia gratuita de Nuevo Testamento Versión Recobro aquí,
Le animamos a que lea las notas y los versículos a los que hacen referencia para obtener una comprensión más completa de lo que hemos hablado en esta entrada. El libro La economía de Dios es otro recurso invaluable sobre el tema de las partes del hombre.
¿Qué es vivir una vida en el espíritu?
Vivir conforme al Espíritu conduce a una nueva calidad de vida (Romanos 8:1-14) – Regresar al Índice Regresar al Índice Aunque los creyentes son libres de la ley, andar en novedad de vida se basa en una estructura moral firme (de ahí, ‘la ley del Espíritu’, Ro 8:2).
- Pablo le llama a esta estructura moral ‘vivir conforme al Espíritu’ o poner la mente en el Espíritu (Ro 8:5).
- Ambos términos se refieren al proceso de razonamiento moral que nos guía mientras caminamos en novedad de vida.
- Esta clase de guía moral no funciona listando hechos específicos que son correctos o incorrectos.
En cambio, consiste en seguir la ‘ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús’ que ha liberado a los creyentes ‘de la ley del pecado y de la muerte’ (Ro 8:1–2). Las palabras vida y muerte son la clave. Como lo discutimos anteriormente en Romanos 6, Pablo entiende el ‘pecado’, la ‘muerte’ y la ‘carne’ como fuerzas espirituales en el mundo, que llevan a las personas a actuar de formas contrarias a la voluntad de Dios y que producen caos, desespero, conflicto y destrucción en sus vidas y en sus comunidades.
- En contraste, vivir conforme al Espíritu significa hacer todo lo que traiga vida en vez de muerte.
- Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz’ (Ro 8:6).
- Poner la mente en el Espíritu significa buscar lo que puede traer más vida a cada situación.
- Por ejemplo, la ley judía enseña, ‘no matarás’ (Éx 20:13).
Pero vivir conforme al Espíritu va mucho más allá de no matar a alguien literalmente, sino que busca de forma activa oportunidades de traer una mejor calidad de vida para las personas. Puede que implique limpiar la habitación de un hotel para que los huéspedes tengan buena salud.
- Puede que signifique quitar el hielo de la acera (o el pavimento) de un vecino para que los peatones puedan caminar seguros.
- Puede que implique estudiar durante años para obtener un doctorado con el fin de desarrollar nuevos tratamientos para el cáncer.
- Otra forma de verlo es que vivir conforme al Espíritu significa vivir una nueva calidad de vida en Cristo.
Esto viene de dejar a un lado nuestros juicios sobre lo que merecen otras personas y en cambio, buscar lo que les traería una mejor calidad de vida, sea que lo merezcan o no. Al distribuir tareas, un gerente podría asignar tareas que amplíen las habilidades de sus subordinados, en vez de limitarlos a lo que ya son capaces de hacer, e invitarlos a pedir información todos los días.
- Cuando le soliciten que preste una herramienta de recambio, un proveedor habilidoso podría mostrarle a un trabajador con poca experiencia una nueva técnica que evitará que se rompa la herramienta la próxima vez.
- Cuando su hijo le pregunte, ‘¿por qué murió nuestra mascota?’, un padre podría preguntarle, ‘¿tienes miedo de que muera alguien que amas?’, en vez de solamente explicar la causa directa de la muerte de la mascota.
En cada una de estas situaciones, la meta moral es traer una mejor calidad de vida para la otra persona, en vez de cumplir un mandato de la ley. Traer vida, en vez de cumplir la ley, es la guía moral de aquellos que están siendo salvos por la gracia de Dios.
- Somos libres de actuar conforme al Espíritu en vez de esclavizarnos a la ley, porque ‘no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús’ (Ro 8:1).
- La inclusión de Pablo de la ‘paz’ como una característica de poner nuestra mente en el Espíritu (Ro 13:6, como se mencionó anteriormente), apunta a los aspectos sociales de vivir conforme al Espíritu, porque la paz es un fenómeno social.
Cuando seguimos a Cristo, tratamos de traer una nueva calidad de vida para nuestra sociedad, no solo para nosotros mismos. Esto significa prestar atención a las condiciones sociales que menoscaban la vida en el trabajo y en todos los demás lugares. Hacemos lo que podemos para contribuir a que la vida de las personas con las que trabajamos sea mejor.
Al mismo tiempo, trabajamos para que haya justicia/rectitud en los sistemas sociales que determinan las condiciones del trabajo y los trabajadores. Los cristianos podemos ser una fuerza positiva para el mejoramiento —e incluso la supervivencia— si les ayudamos a nuestras organizaciones a tener en cuenta la necesidad de una nueva calidad de vida.
Tal vez no podamos hacer grandes cambios en nuestras organizaciones por nuestra cuenta, pero si podemos construir relaciones con otros, ganarnos la confianza de las personas y escuchar a los que no son escuchados, ayudaremos a que la organización progrese.
Además, tenemos el ingrediente secreto: nuestra fe de que la gracia de Dios nos puede usar para traer vida incluso a la situación en la que haya más muerte. Por el otro lado, si no ponemos nuestra mente en el Espíritu, podemos llegar a ser arrogantes y destructivos en nuestras relaciones con los demás trabajadores, los competidores, los clientes u otros.
Poner nuestra mente en el Espíritu requiere evaluar constantemente las consecuencias o el fruto de nuestro trabajo, siempre preguntando si nuestro trabajo realza la calidad de vida de otras personas. Si somos honestos en nuestra evaluación, también se requiere sin duda un arrepentimiento diario y la gracia para cambiar.
¿Dónde va el espíritu según la Biblia?
Información adicional – La muerte es una parte esencial del plan de salvación del Padre Celestial (véase 2 Nefi 9:6). Para llegar a ser como nuestro Padre Eterno, tenemos que experimentar la muerte para después obtener un cuerpo perfecto y resucitado.
Cuando el cuerpo físico muere, el espíritu sigue viviendo. En el mundo de los espíritus, los espíritus de los justos son ‘recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena’ (Alma 40:12).
Un lugar denominado prisión de los espíritus está reservado para ‘los que muerto en sus pecados, sin el conocimiento de la verdad, o en transgresión por haber rechazado a los profetas’ (D. y C.138:32). A los espíritus que se encuentran en la prisión se les enseña ‘la fe en Dios, el arrepentimiento del pecado, el bautismo vicario para la remisión de los pecados, el don del Espíritu Santo por la imposición de las manos y todos los demás principios del evangelio que les menester conocer’ (D.
- Y C.138:33–34).
- Si aceptan los principios del Evangelio, se arrepienten de sus pecados y aceptan las ordenanzas efectuadas a su favor en los templos, se les permitirá entrar en el paraíso.
- Gracias a la expiación y a la resurrección de Jesucristo, la muerte física es sólo temporal: ‘Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados’ (1 Corintios 15:22).
Todos resucitaremos, lo cual significa que los espíritus de todas las personas se reunirán con su cuerpo y serán ‘restablecido a su propia y perfecta forma’ y nunca más estarán sujetos a la muerte (Alma 40:23; véase también Alma 11:44–45). Véase también Expiación de Jesucristo; Paraíso; Plan de Salvación; Resurrección —Véase Leales a la fe, 2004, págs.122–124 Ver más
¿Qué es vivir según el espíritu y la carne?
Con esa claridad que le caracteriza en sus escritos, San Pablo en su epístola a los Romanos, después de asegurarnos que hemos sido redimidos por Cristo y que ya no existe posibilidad de condenación para los que viven unidos a Él, nos justifica esto porque la Ley del Espíritu, estaba reducida a la impotencia por la carne y Dios envió a su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado, para que la justicia de la Ley del Espíritu se cumpliera en nosotros y así nos dice: ‘ 5 En efecto, los que viven según la carne desean lo que es carnal; en cambio, los que viven según el espíritu, desean lo que es espiritual.6 Ahora bien, los deseos de la carne conducen a la muerte, pero los deseos del espíritu conducen a la vida y a la paz, 7 porque los deseos de la carne se oponen a Dios, ya que no se someten a su Ley, ni pueden hacerlo.8 Por eso, los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios.9 Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo.10 Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia.11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes.12 Hermanos, nosotros no somos deudores de la carne, para vivir de una manera carnal.13 Si ustedes viven según la carne, morirán.
Al contrario, si hacen morir las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán.14 Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. (Rm 8,514) Desde nuestro nacimiento hemos estado y seguimos estando sometidos, a una lucha que se genera en nuestro interior entre los deseos y apetencias materiales de nuestra carne, es decir, de la parte material y corruptible de nuestro ser y la pare espiritual y eterna de este, que es nuestra alma.
- Dios nos ha creado seres libres y para ello nos ha donado el libre albedrío, que nos permite una capacidad de elección entre las apetencias de nuestra a carne y las de nuestro espíritu, es decir de nuestra alma.
- Podría habernos hecho seres abocados al amor del Señor, sin posibilidad alguna de caer en el mal de la carne, pero entonces nuestro amor al Señor, nunca hubiese existido en nosotros., el mérito de acudit libremente y buscar la reciprocidad de nuestro amor al divino.
Si, hubiese existido el amor de Él haca nosotros, como Él lo tiene, hacia todo aquello que ha sido objeto de su creación, es decir nuestra relación con Dios, hubiese sido una relación de sumisión impuesta, lo mismo que la tienen las plantas y los animales de este mundo que sin conocer ni amar.
ni odiar a Dios, cumplimentando puntualmente todas sus leyes de la naturaleza y actuando conforme a los instintos animales de los que Dios, les ha dotado. Pero nuestro caso es totalmente diferente, porque Dios que nos ama cono objeto de su creación que somos quiere que le correspondamos a su amor y nosotros le amasemos también, es decir, para que existiese una reciprocidad del amor entre Dios y nosotros.
Pero para que exista esa reciprocidad que el amor tiene, cuando no es unilateral sino bilateral o recíproco, es necesaria la existencia de una libertad, porque sin ella nunca puede florecer un amor recíproco. Dios con toda omnipotencia, una vez que nos ha creado libres, no puede obligar a ninguna persona que le ame a la fuerza.
Lo mismo que entre nosotros pasa, que hay veces en la juventud, que deseamos el amor de otra persona sea chica o chico y no conseguimos que ella o él, ni siquiera nos mire, lo cual esta situación nos crea verdaderas tragedias de amores frustrados, aunque el tiempo lo arregla todo., relativamente pues hay personas que con ochenta y noventa años aún están dolidos, de las calabazas que les dio, aquella chica o chico, cuando tenía 17 años.
El amor es el sentimiento con más fuerza que existe, mucho más que el odio. Y a Dios le sucede algo parecido a lo que nos sucede a nosotros, quiere ser amado, nos ha creado para ser eternamente felices en su amor, y cuando ese amor no aparece o lo que es peor, se le entrega al maligno, el sufrimiento divino es inmenso, porque en Dios, al ser una Criatura ilimitada en todo, todo lo suyo tienen siempre unas características de inmensidad.
Dios sufre intensamente cuando es defraudado, por el amor de una sola persona de los millones de personas que somos y ello es porque dada la inmensidad de la potencia de Dios, da su omnipotencia, Él nos trata a cada uno de nosotros, como si fuésemos la única criatura que él hubiese creado, sufre y goza de su relación de amor con nosotros, de una forma personalísima, como si fuésemos su único amor existente en el universo.
Dios lucha por nuestro amor, de una forma tal, que ya nos gustaría igualmente poder ejecutarla nosotros por su amor, aquellos que estamos enamorados de Él. Dios lucha con un profundo respeto, al libre albedrío que le dio a esa persona que no le ama y vive según la carne, tal como nos decía San Pablo.
Utiliza generalmente sus mociones y inspiraciones divinas para hacerle comprender a esa alma descarriada, cual es el final que le espera al abandonar el ámbito de su amor, y aceptar lo que es de este mundo y de la carne, porque ella es siempre corruptible y corruptible será el cuerpo de esa alma que no ama, e igual que lo será el cuerpo del alma que ama, pero con la tremenda diferencia de que esa alma que no quiso amar, se encontrará eternamente con lo que desea, la antítesis del amor que es el odio, un odio eterno envuelto en un mar de eternas tinieblas.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga. Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
Libro. DEL SUFRIMIENTO A LA FELICIDAD.- www.readontime.com/isbn=8460999858 Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190 Libro. DEL MÁS ACÁ AL MÁS ALLÁ.- www.readontime.com/isbn=9788461154913 Libro. CONVERSACIONES CON MI DEMONIO.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461650880 Libro. ASEVERACIONES DEL SEÑOR.- http://www.readontime.com/ROT/dagosola/aseveraciones-del-senor_9788461557097.html Libro. VIDA DE NUESTRA ALMA.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461266364
La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate. Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: [email protected]
¿Qué es vivir una vida en el espíritu?
Vivir conforme al Espíritu conduce a una nueva calidad de vida (Romanos 8:1-14) – Regresar al Índice Regresar al Índice Aunque los creyentes son libres de la ley, andar en novedad de vida se basa en una estructura moral firme (de ahí, ‘la ley del Espíritu’, Ro 8:2).
- Pablo le llama a esta estructura moral ‘vivir conforme al Espíritu’ o poner la mente en el Espíritu (Ro 8:5).
- Ambos términos se refieren al proceso de razonamiento moral que nos guía mientras caminamos en novedad de vida.
- Esta clase de guía moral no funciona listando hechos específicos que son correctos o incorrectos.
En cambio, consiste en seguir la ‘ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús’ que ha liberado a los creyentes ‘de la ley del pecado y de la muerte’ (Ro 8:1–2). Las palabras vida y muerte son la clave. Como lo discutimos anteriormente en Romanos 6, Pablo entiende el ‘pecado’, la ‘muerte’ y la ‘carne’ como fuerzas espirituales en el mundo, que llevan a las personas a actuar de formas contrarias a la voluntad de Dios y que producen caos, desespero, conflicto y destrucción en sus vidas y en sus comunidades.
En contraste, vivir conforme al Espíritu significa hacer todo lo que traiga vida en vez de muerte. ‘Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz’ (Ro 8:6). Poner la mente en el Espíritu significa buscar lo que puede traer más vida a cada situación. Por ejemplo, la ley judía enseña, ‘no matarás’ (Éx 20:13).
Pero vivir conforme al Espíritu va mucho más allá de no matar a alguien literalmente, sino que busca de forma activa oportunidades de traer una mejor calidad de vida para las personas. Puede que implique limpiar la habitación de un hotel para que los huéspedes tengan buena salud.
- Puede que signifique quitar el hielo de la acera (o el pavimento) de un vecino para que los peatones puedan caminar seguros.
- Puede que implique estudiar durante años para obtener un doctorado con el fin de desarrollar nuevos tratamientos para el cáncer.
- Otra forma de verlo es que vivir conforme al Espíritu significa vivir una nueva calidad de vida en Cristo.
Esto viene de dejar a un lado nuestros juicios sobre lo que merecen otras personas y en cambio, buscar lo que les traería una mejor calidad de vida, sea que lo merezcan o no. Al distribuir tareas, un gerente podría asignar tareas que amplíen las habilidades de sus subordinados, en vez de limitarlos a lo que ya son capaces de hacer, e invitarlos a pedir información todos los días.
Cuando le soliciten que preste una herramienta de recambio, un proveedor habilidoso podría mostrarle a un trabajador con poca experiencia una nueva técnica que evitará que se rompa la herramienta la próxima vez. Cuando su hijo le pregunte, ‘¿por qué murió nuestra mascota?’, un padre podría preguntarle, ‘¿tienes miedo de que muera alguien que amas?’, en vez de solamente explicar la causa directa de la muerte de la mascota.
En cada una de estas situaciones, la meta moral es traer una mejor calidad de vida para la otra persona, en vez de cumplir un mandato de la ley. Traer vida, en vez de cumplir la ley, es la guía moral de aquellos que están siendo salvos por la gracia de Dios.
- Somos libres de actuar conforme al Espíritu en vez de esclavizarnos a la ley, porque ‘no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús’ (Ro 8:1).
- La inclusión de Pablo de la ‘paz’ como una característica de poner nuestra mente en el Espíritu (Ro 13:6, como se mencionó anteriormente), apunta a los aspectos sociales de vivir conforme al Espíritu, porque la paz es un fenómeno social.
Cuando seguimos a Cristo, tratamos de traer una nueva calidad de vida para nuestra sociedad, no solo para nosotros mismos. Esto significa prestar atención a las condiciones sociales que menoscaban la vida en el trabajo y en todos los demás lugares. Hacemos lo que podemos para contribuir a que la vida de las personas con las que trabajamos sea mejor.
Al mismo tiempo, trabajamos para que haya justicia/rectitud en los sistemas sociales que determinan las condiciones del trabajo y los trabajadores. Los cristianos podemos ser una fuerza positiva para el mejoramiento —e incluso la supervivencia— si les ayudamos a nuestras organizaciones a tener en cuenta la necesidad de una nueva calidad de vida.
Tal vez no podamos hacer grandes cambios en nuestras organizaciones por nuestra cuenta, pero si podemos construir relaciones con otros, ganarnos la confianza de las personas y escuchar a los que no son escuchados, ayudaremos a que la organización progrese.
Además, tenemos el ingrediente secreto: nuestra fe de que la gracia de Dios nos puede usar para traer vida incluso a la situación en la que haya más muerte. Por el otro lado, si no ponemos nuestra mente en el Espíritu, podemos llegar a ser arrogantes y destructivos en nuestras relaciones con los demás trabajadores, los competidores, los clientes u otros.
Poner nuestra mente en el Espíritu requiere evaluar constantemente las consecuencias o el fruto de nuestro trabajo, siempre preguntando si nuestro trabajo realza la calidad de vida de otras personas. Si somos honestos en nuestra evaluación, también se requiere sin duda un arrepentimiento diario y la gracia para cambiar.
¿Qué significa ser un ser espiritual?
La espiritualidad es la vida interior. Las expresiones y prácticas de espiritualidad son personales; es cómo usted entiende el mundo y el universo en su interior. La espiritualidad no implica ser religioso. De hecho, muchos se consideran muy espirituales y para nada religiosos.